Teníamos muchas ganas de
enseñar que es la vida en un país que no es el tuyo, ya que por cosas de la
vida actual se ha convertido en algo muy común aquí. Así nos decidimos a idear una
nueva sección: Un español no se dónde. Con el queremos dar hueco, voz y
disfrutar de los devenires de las vidas de personas que viven en un país mas o
menos lejano a este.
No tenemos claro como será la
historia de esta sección, pero lo que si tenemos claro que será enriquecedor pa
ti, pa mi y pal resto.
<<Sommer auf dem Tempelhofer Feld>>
A Malú la conocí durante los
dos años que viví en Valencia y me acorde de ella cuando este proyecto empezó a
convertirse en real. Ella ( gracias mil gracias), no dudo ni un segundo es
querer formar parte y nos presto una preciosa carta donde explica a sus amigos
su nueva vida. Es alguien que ha conseguido hasta convertirse en una empresaria
de cabo rabo con su Yinkana, pero ya os contara ella su historia, como ella la
ve
Su vida en “no se dónde”, su dialéctica
y ella misma os enamorará, porque enamora hasta a las piedras.
<<Malú>>
Esperemos
que disfrutéis de esta bonita carta:
La felicidad es el rayo de sol que entra por la
ventana. Para mí es un hecho, y parece que cobre aún más sentido en este país
dónde vivo, además de ser el motivo por el que , esta mañana, nada más abrir un
ojo y desde la cama observar el pico de la mesa roja, en ese momento rojo fresa
brillante iluminado por un torrente de luz, me he decidido y he dicho ,ya esta,
café, piti, y hoy les escribo. Será sin duda una manera de ponerme al día a mi
misma.
Desgraciadamente, me he tenido que sentar a
escribir sin café, y estoy temiendo el momento dentro de 10 minutos en el que
bajaré a lo de mi amiga la turca a pillarme uno, ya que posi-blemente cuando
vuelva, no estaré tan inspirada. Pero bueno, prometo terminar esto que he
empezado, con o sin musa.
Probablemente, la razón por la que hoy no he
podido disfrutar de mi café nada más desper-tarme se achaque a que vivo en una
casa con 10 personas donde se comparte todo. A veces es malo porque no hay
café, pero, en un país dónde los rayos de sol no frecuentan los alfeízares de
las ventanas, la felicidad hay que buscarla por otras vías, y yo la he
econtrado aquí. Somos una familia muy variopinta, o como diría mi amiguísima
Mire mientras que resuena en su mente la voz de Joaquín Reyes, “La auténtica
alianza de civilizaciones”:
- “La
africana con mucho mundo”
- “El
payaso extremeño”
- “Das ewig
Kind” (El niño eterno)
- “La
rapera molona danesa”
- “La energica
brasileña”
- “La líder
política”
- “La no
convencional alemana-bio”
- “El Dj
iraní”
- “El
negro-funky”
- “La escritora Polaca, estilo -yevski”
Creo que si ellos tuvieran que apelarme del mismo
modo que he hecho yo,sería algo como “La business woman“ o algo así, pero
tranquilos que pese a esta imagen de pseudo-capitalista que al parecer me estoy
labrando, se esconde la misma gitanilla en su bici que seré siempre. Lo que
pasa que ahora tiendo al finor, como podeís apreciar en esta autofoto que me
tomé el otro día en la oficina de mi nuevo curro.
Chris lo invetó y Robert puso la pasta. Ahora que
el negocio esta creciendo, necesitaban a alguien más y me cogieron a mí. Según
Chris, en la empresa no hay ni habrá cargos ni posiciones, así que todos hacemos
todo, aunque particularmente yo este un poco más centrada en la comunicación y
aspectos creativos.
Son unos máquinas. Por supuesto que su propósito
es ganar pasta y si es mucha, mejor, pero me gusta porque no les obsesiona. Son
muy justos con los sueldos, no son agresivos a la hora de comerciar y estan
tranquilos aunque acaben de empezar; trabajan sus 6 horitas al día y el resto
“Feierabend“ a disfrutar de la vida.
Un poco a trompicones por el idioma, pero en
general los alemanes me han aceptado y yo a ellos, y digamos que nos llevamos
bastante bien. Me gusta este país. Creo que es porque, lo que carazteriza a los
alemanes es ser unos macromotivados y ultradetallistas, cualidades que yo
también llevo dentro. Siempre hay una vela encendida en alemania, y eso me hace
sentir bien.
Pero
bueno, como siempre, no es oro todo lo que reluce, tampoco en la capital de “El
país del éxito”. Esta parte originalmente la he escrito a mano, de camino al
trabajo en el metro, el subconsciente de la ciudad. Aqui abajo es dónde te
cruzas habitualmente con los fantasmas de una alemania completamente ajena a la
imagen exportada, a mi parecer tan lejos del concepto bienestar como España de
ser, o haber sido alguna vez, un país rico. Gente de aspecto decadente y
miradas vacías, tan vacías que parecen no reparar en nada a su alrededor,
gélidos. Su ropa es la misma desde antes que callese el muro, con olor a wurst.
Rancios y resignados, estos Nibelungos* contemporáneos me hacen
reflexionar sobre qué poco sentido tiene anhelar el nivel de vida en alemania,
cuando aqui te encuentras día a día con tantas personas - y no hay mejor manera
para describirlas que en jerga valenciana- tan genadas.
*Nibelungos=enanos oscuros que vivían en las
profundidades de la tierra y se dedicaban a la extracción de metales. (De
pequeña mi padre me hizo leer muchos cuentos, hasta de la mitología alemana.
Aún recuerdo qué malas sensaciones me transmitían las ilustraciones de los
nibelungos)
Como no me quiero pasar de lista voy a dejar de
hablar de zoociedad, aunque por otro lado también creo que ya he hablado mucho
sobre mí, así que os adjunto algunas fotos que resumen un poco lo que hago en
Berlín, cuando no estoy en casa, el trabajo o en el metro con los nibelungos.
Y así concluyo (por fín!) esta carta dedicada a
mis mejores amigos, allí dónde estáis cada uno de vosotros, disfrutad de un
buen café caliente o frío mientras que la leéis, y recordad lo que os quiere,
admira y piensa,
Vuestra Malú.
Feliz
día en “no se donde” pa ti, pa mi y pal resto